Hoy os voy a hablar sobre una cosa que me impactó mucho en uno de mis viajes.
Este verano he ido a pasar las vacaciones a Estados Unidos, en concreto a Miami, Florida y Nueva York. Cuando estaba en Miami hicimos también alguna excursión por Florida y una de ellas era a Key West, que es la ciudad que se sitúa más al sur de todo Estados Unidos y a tan solo 90 millas de Cuba.
El punto más cercano a cuba, a 90 millas.
Salimos de Miami en coche y nos dirigimos hacia esta ciudad, cosa que recomiendo. Pero nada de tours turísticos, por favor.Ya se que es más cómodo ir allá en un bus, pero ellos no te dan la oportunidad de pararte en los cayos que tu quieras ni en las playas. Bueno, a lo que iba, allá una cosa que me llamó la atención fue la inmensa carretera ( artificial, lógicamente) que une todas estas playas y ciudades.
Los diferentes cayos desde Miami hasta Key West.
Esta carretera tiene más de 200 kilómetros y se llama US1 Overseas Highway. Es como ir saltando de isla en isla. Era imposible no pensar en como eso podía mantenerse de pie mientras iba en coche por encima de ella. ¿Como puede el ser humano crear estas obras? ¿como es que la marea nunca sube tanto como para destruirla? y la que más gracia me hacia: ¿ como es que la gente puede vivir tranquila ahí teniendo en cuenta que viven 'perdidos de la mano de Dios'? Solamente les lleva a la caótica vida de Miami un mísero puente de dos carriles, uno de ida y otro de vuelta.
Carretera que lleva a los cayos, sólo de ida y vuelta.
Eso si, otra cosa increíble fue la puesta de sol. Maravillosa, una cosa que hay que ver sí o sí antes de morir. La puesta de sol más bonita que he visto nunca.
En vez de verla donde van todos los turistas, hicimos caso a una mujer de la zona, que nos dijo que en uno de los laterales de la playa, había una playa pequeña en la cual había una pasarela desde la cual se veía todo perfectamente. Ahí nos colocamos mi familia y yo a disfrutar de unas bonitas vistas mientras yo hablaba con unos jóvenes que había al lado. Tenían entre 18 y 20 años y vivían de normal en Nueva York. Me contaron que este paraíso era uno de sus sitios favoritos, ya que las playas y la gente era de lo mejor que se podía encontrar en Estados Unidos. Además añadieron que les gustaba esa mini playa porque podían saltar del muelle, cosa que luego me ofrecieron hacer y yo, una persona que no se piensa mucho estas cosas, hice. Después de ver la puesta de sol y de hacer esta locura de saltar, nos volvimos al hotel de Miami (por la carretera en la que habíamos venido) y continuamos las vacaciones en la ciudad, mucho más caótico. Aquí os dejo unas fotos mías para que veáis parte de la maravillosa puesta de sol.
Los jóvenes tirándose al agua desde el muelle con la puesta de sol al fondo
La maravillosa puesta de sol
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